martes, 7 de enero de 2014

Caral

En una zona desértica al norte de Lima, entre el valle del río Supe y la costa de Perú hace 5.000 años reinaba la esplendorosa civilización Caral, cuyos restos urbanos con numerosas pirámides, descubiertos hace 19 años, son considerados pertenecientes a la ciudad más antigua descubierta en América.
Caral se formó casi en simultáneo con las civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, China e India.
La civilización Caral en Sudamérica, en el centro de Perú, se desarrolló antes, por más de 1.000 años, a la civilización Olmeca de CentroAmérica.
El equipo de arqueología destacó el descubrimiento de un sendero, al que denominaron “integración social”, que une el centro con la periferia de la ciudad.
“Se trataba de una vía de uso compartido entre los habitantes de la ciudad, de diferentes estratos sociales.

Los arqueólogos creen que por estar ubicada en el extremo noroeste de la Ciudad de Caral, fue destinada al desplazamiento de los agricultores y estaba conformada por una alineación de edificios en sus costados.
En la parte alta de la zona nuclear, estaban las construcciones públicas y residenciales más grandes de la ciudad: siete edificios monumentales, dos plazas circulares hundidas, dos espacios de congregación colectiva, unidades residenciales de los funcionarios, así como un extenso conjunto residencial de especialistas y servidores.
A su vez en la zona más baja, se descubrió este año un edificio público, similar a los mayores del centro, pero de menores dimensiones. De ahí partían los otros edificios monumentales menores hasta llegar a la parte nuclear.
La mitad baja, tenía un complejo arquitectónico del Anfiteatro, el edificio del Altar Circular y un conjunto residencial, de menor extensión.
Según el reporte, la zona de la periferia, contenía residencias agrupadas y distribuidas, a modo de archipiélago, a lo largo de la terraza aluvial que colinda con el valle.
Desarrollo de la civilización Caral
La Ciudad de Caral es considerada y reconocida como el testimonio de una de las más grandes civilizaciones, la más antigua de América, declarada Patrimonio Mundial en el año 2009 por la UNESCO y para los investigadores peruanos, alcanzó un impresionante desarrollo y alto nivel cultural y científico.
Caral se reveló francamente extraordinaria: por la dimensión espectacular de sus construcciones, por la belleza de su plan urbanístico, por sus avances tecnológicos que permitieron una técnica de construcción antisísmica cuya concepción supera la tecnología actual.
En las construcciones piramidales los arqueólogos postulan que utilizaron conocimientos de aritmética y geometría en el diseño y en la ejecución arquitectónica.
Además los caraleños usaron estudios astronómicos en la medición del tiempo y la predicción del clima; y un sistema codificado en el registro de la información.
El desarrollo agrícola fue notable y les permitió producir semillas de algodón de varios colores, apreciado internacionalmente.
En la ciudad se observa una ausencia de fortificaciones, las cuales caracterizaron a las demás civilizaciones conocidas.
Se cree que la civilización Caral fue venerada por los pueblos originarios que desarrollaron alcances tales como la lengua quichua cuyas formas pre-quichuas ya estaban presentes.
Se estima que fue la madre de la fantástica colonización de todo un continente.
Es “uno de las primeros exponentes de la Humanidad contemporánea”. El sector arqueológico incluye los asentamientos Caral, Chupacigarro, Miraya, Lurihuasi, Allpacoto, Era de Pando, Pueblo Nuevo, El Molino, Áspero, Vichama y Piedra Parada.
En cada uno de los asentamientos se recuperaron instrumentos que fueron usados en actividades cotidianas, como la preparación y consumo de alimentos. Las ofrendas en cambio, algunas como "el ojo de Dios", son similares a as contemporáneas de Amazonas, o aquellas de los Mapuche en el Sur de Chile.
El registro arqueológico demuestra que los caralinos usaron matesbotellas, tazas y platos; también, cucharas de madera tallada, platos, tazones y morteros de piedra. Para contener algunas sustancias también usaron valvas de moluscos.
Al igual que en las sociedades más tardías, los estudios reportan que se organizaban grandes festines y banquetes por parte de la clase gobernante.
Para Caral  las acciones de la vida social, en la política, religión, economía y ciencia, estaban relacionadas entre sí, señalan los antropólogos, y “los líderes religiosos eran, a la vez, líderes políticos especializados en astronomía o medicina, entre otros campos”.
Se cree que esta sociedad  tuvo una cosmovisión del mundo en armonía con la preservación del medio geográfico y sus recursos y el espacio sideral.
Su economía era de intercambio agrícola-pesquero. Los pobladores del litoral pescaron y recolectaron principalmente la anchoveta, choros y machas, y los agricultores del valle produjeron algodón, mates y especies alimenticias como achira, frijol, camote, zapallo, calabaza, papa, maní, palta, ají, pacae, guayaba, maíz, etc.
En el período tardío de Caral, (2100 a. C. a 1800 a. C.), los edificios fueron remodelados usando piedras más pequeñas que en períodos anteriores. Algunas estructuras de la ciudad fueron enterradas y la ciudad finalmente es abandonada.
La música 
La música formó parte importante de su cultura, algo perdura en las sociedades andinas de hoy. Se recuperaron tres conjuntos musicales, conformados por instrumentos de viento. La práctica musical era colectiva e incluía caracoles, como instrumentos de percusión.
La música era incluida en las actividades religiosas y sociales  a cargo de grupos especializados en esta elaborada expresión artística.
Otros descubrimientos
Entre otros descubrimientos de este año 2013, se destaca el hallazgo de una figura de un personaje con rasgos felinos en una actitud vigilante y amenazante, en el sitio arqueológico de Piedra Parada.
Se cree que fue fabricada en barro no cocido, y modelada manualmente con detalles acabados con la ayuda de un objeto menor. Originalmente llevaba colores verde, rojo, rosado, negro y blanco, logrados con pigmentos. El personaje llevaba la cara roja y el cuerpo verde, y estaba trepado en un tronco blanco.
El objeto se encontró en un depósito de unos de los edificios (A-5), que contenía ceniza, cuarzo.
El contexto arqueológico del objeto, en este caso las cenizas y los cuarzos, indican que la figura fue cuidadosamente depositada. Probablemente formó parte de un “ritual o una ceremonia” de enterramiento. Esta actividad era típica cuando construían una nueva edificación sobre una anterior.

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